Estás en Inicio » Maestría de estructuras aplicada a la inspección técnica de estructuras
Entre otras razones, se hace, o se obliga a hacer, una Inspección Técnica de Estructuras para identificar los deterioros producidos por causas exteriores o interiores, vicios, fallos o faltas de entretenimiento de zonas comunes y privativas; para realizar una correcta pre-diagnosis del estado de conservación del edificio; para poder dotar de una magnitud de gravedad a los daños o deficiencias existentes, estableciendo las posibles causas, y avanzar las actuaciones pertinentes de corrección; y también para evaluar la importancia del daño y dictaminar sobre la necesidad de intervención.
A tenor de lo anterior, no cabe duda de que cualquier técnico no está capacitado para emitir el dictamen correspondiente. Sin embargo, la legislación no profundiza respecto a las atribuciones legales precisas para la elaboración de una Inspección Técnica de Estructuras: tan solo se establecen una serie de titulaciones habilitantes pero que no requieren de ningún complemento tipo maestría de estructuras o similar. Este aspecto, unido a que el dictamen de la Inspección Técnica de Estructuras se fundamenta en una inspección meramente visual del edificio puede justificar, en gran medida, buena parte de los hechos desastrosos ocurridos en varios edificios durante los últimos meses, en edificaciones que habían pasado su Inspección Técnica de Estructuras correspondiente.
Estado del edificio derrumbado en la Calle Bravo Murillo de Madrid, en imagen tomada por el autor dos semanas después del derrumbe, una vez ya se habían retirado todos los escombros y elementos peligrosos.
Conviene, por tanto, tener presente que se trata de una inspección visual, y que, como tal, una inspección visual no siempre detecta problemas en la estructura del inmueble. Hay, por tanto, además de posibles errores tras la ejecución de las Inspecciones Técnicas de Estructuras, también muchas creencias equivocadas sobre lo que la Inspección Técnica de Estructuras es en sí misma: la Inspección Técnica de Estructuras, tal y como hoy está planteada, no es esa panacea que muchos ciudadanos creen que sirve para evitar que el edificio que la pase sufra cualquier clase de daño.
Es evidente que el sistema que se ha venido empleando no está mostrándose todo lo eficiente y eficaz que debería de ser y, para ello, se hace inevitable, dentro de la visión crítica que nos da la maestría de estructuras, analizar objetivamente su situación para trabajar en dos frentes:
Como peritos en estructuras, acreedores de esa maestría en estructuras, tenemos que estar preparados para el futuro de la inspección técnica de estructuras, siga ésta los derroteros que siga; son necesarios profesionales que no se ciñan a la información previa y a una muy superficial observación visual; es precisa una observación organoléptica completa (pues, en el fondo, una estructura guarda mucha relación con un ser vivo), saber requerir o realizar pruebas sencillas y ensayos, previa emisión de un dictamen final correcto y coherente. La maestría en estructuras tiene, en este campo y en otros muchos, un gran futuro y un gran porvenir que esperemos que sea debidamente reconocido y remunerado.
Rubén Rodríguez Elizalde, profesor del Máster en Cálculo de Estructuras de Obra Civil
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